
Es una cascada de unos 30 metros de altura, situada en un estrecho cañon con paredes de hasta 70 metros de altura. Su acceso es sólo a pié por un pintoresco sendero que inicia frente al estacionamiento de la Cueva. El sendero sigue paralelo al riachuelo, envuelto por una foresta espesa, alta y húmeda. A la medida que uno se acerca al salto, las laderas del cañon se hacen siempre más pendientes. La caminata requiere unos 20 o 30 minutos en cada dirección. El recorrido cuenta con un gran número de escalones empinados y el pavimiento puede resultar algo resbaloso debido a la humedad y las hojas caidas. Por tanto, se recomienda que los excursionistas anden sin prisa.
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